La exposición cotidiana a la radiación
La medicina moderna implica necesariamente el uso de tecnologías que emiten radiaciones ionizantes, como los rayos X, la tomografía computarizada (TC) y la medicina nuclear. Estas tecnologías son esenciales para diagnosticar y tratar enfermedades, pero también conllevan un riesgo: la exposición a la radiación ionizante. Aunque se toman medidas de protección, los profesionales de la salud y los pacientes siguen estando expuestos a pequeñas dosis de radiación.
La dosis acumulada en la residencia médica
La dosis de radiación es medida en milisieverts (mSv). Durante una residencia médica, los profesionales de la salud se exponen a una serie de procedimientos médicos que implican radiaciones. A continuación, se presentan algunas de las actividades que contribuyen a la dosis acumulada:
- Tomografías computarizadas (TC): 2-10 mSv cada una
- Rayos X: 0.01-0.1 mSv cada uno
- Intervenciones intervencionistas: 5-15 mSv cada una
- Uso de fuentes radiactivas en medicina nuclear: 1-5 mSv cada una
- Exámenes de medicina nuclear: 1-10 mSv cada uno
La dosis acumulada depende del número de exámenes y procedimientos a los que se está expuesto. En promedio, un residente en medicina puede acumular entre 5 y 20 mSv al año. Sin embargo, esta cantidad puede variar según la especialidad y el centro médico.
El efecto acumulativo en la salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que cualquier exposición a la radiación ionizante es potencialmente perjudicial para la salud. Aunque la dosis acumulada durante una residencia médica es baja en comparación con otros profesionales que trabajan con fuentes de radiación, es importante tener en cuenta el efecto acumulativo en la salud a largo plazo.
Conclusión
La residencia médica implica una exposición a la radiación ionizante, aunque sea en pequeñas dosis. Es importante que los profesionales de la salud tomen medidas para minimizar su exposición y que se promuevan prácticas de seguridad para reducir el riesgo de efectos perjudiciales a la salud.