La radioterapia intraoperatoria (RIO) es una técnica avanzada que consiste en administrar una dosis de radiación directamente en el lecho tumoral durante una intervención quirúrgica. Debido a la naturaleza combinada de procedimientos quirúrgicos y radioterapéuticos en un mismo entorno, el cumplimiento de protocolos de seguridad específicos es fundamental para proteger tanto al paciente como al equipo médico y garantizar la efectividad del tratamiento.
Evaluación y planificación previa
Antes de llevar a cabo una sesión de radioterapia intraoperatoria, se debe realizar una planificación cuidadosa y una evaluación completa del paciente y del entorno quirúrgico:
- Selección adecuada del paciente: evaluación oncológica, estado general y viabilidad del procedimiento.
- Planificación dosimétrica: cálculo preciso de la dosis a administrar para evitar sobreexposición.
- Revisión del equipo: verificación del correcto funcionamiento del sistema de radioterapia móvil o fijo.
- Coordinación multidisciplinaria: comunicación fluida entre cirujanos, radioterapeutas, físicos y personal de enfermería.
Control de la radiación y protección radiológica
La radioterapia intraoperatoria implica la administración de dosis concentradas de radiación en un espacio reducido; por ello, la protección radiológica es esencial para minimizar riesgos.
- Uso de blindajes y barreras: cada sala debe contar con protecciones específicas para evitar la fuga de radiación.
- Distancia segura: el personal no involucrado debe permanecer fuera del campo o detrás de barreras protectoras durante la irradiación.
- Monitoreo radiológico: instalación de detectores de radiación para alertar sobre niveles elevados.
- Equipo de protección personal: uso de dosímetros, chalecos plomados y otros elementos para el personal cercano al paciente.
- Restricción del acceso: control estricto del acceso al quirófano durante la irradiación para evitar exposiciones innecesarias.
Protocolos durante la intervención
La realización de la RIO requiere el cumplimiento de pasos estrictos para asegurar la correcta aplicación del tratamiento y la seguridad intraoperatoria.
- Confirmación del área a irradiar: marcaje y visualización clara durante la cirugía.
- Verificación de dispositivos: asegurarse que los colimadores y aplicadores estén correctamente posicionados.
- Comunicación constante: entre el equipo quirúrgico y el personal de radioterapia para coordinar tiempos y maniobras.
- Supervisión de signos vitales: monitoreo continuo del paciente durante la irradiación.
Capacitación y formación del personal
La capacitación especializada del equipo que participa en radioterapia intraoperatoria es un pilar fundamental en los protocolos de seguridad:
- Formación continua: actualización en técnicas radioterapéuticas y normativas de seguridad.
- Entrenamiento en emergencias: manejo de incidentes relacionados con radiación y complicaciones quirúrgicas.
- Simulacros y auditorías: prácticas periódicas que refuercen los procedimientos y detecten posibles fallos.
Seguimiento y documentación
La trazabilidad y el registro detallado de cada procedimiento permiten asegurar el cumplimiento normativo y la mejora continua.
- Registro de dosis administrada: anotación precisa para cada paciente.
- Informe postoperatorio: evaluación de resultados y posibles complicaciones.
- Mantenimiento documental: conservación de protocolos, verificaciones y calibraciones del equipo.
Normativas y recomendaciones internacionales
Las prácticas de seguridad en radioterapia intraoperatoria deben alinearse con las normativas nacionales e internacionales que rigen la radioprotección y el cuidado sanitario, tales como las establecidas por la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) y la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA).
Conclusión
La implementación rigurosa de protocolos de seguridad en radioterapia intraoperatoria es indispensable para minimizar riesgos y maximizar beneficios terapéuticos. La coordinación multidisciplinaria, la preparación técnica y la vigilancia constante garantizan un entorno seguro tanto para pacientes como para profesionales involucrados, contribuyendo así al éxito del tratamiento oncológico.