Imagenología muónica: el uso de rayos cósmicos para analizar pirámides y volcanes

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Imagenología muónica: el uso de rayos cósmicos para analizar pirámides y volcanes
Imagenología muónica: el uso de rayos cósmicos para analizar pirámides y volcanes

Un sinfín de rayos cósmicos viaja por el universo a velocidades cercanas a la de la luz. También conocidos como “radiación cósmica”, estos rayos compuestos de billones de partículas subatómicas bañan nuestro planeta segundo a segundo. Tras chocar con la atmósfera, algunos de ellos se desvían hacia el espacio, al ser reflejados por el campo magnético de la Tierra.

No obstante, una fracción logra penetrar la atmósfera y, con ello, se desencadena una serie de reacciones que generan una lluvia de partículas subatómicas, entre ellas los “muones”. La radiación cósmica a la que estamos expuestos en la Tierra no es peligrosa y procede del Sol o de explosiones de estrellas gigantes antiguas, denominadas “supernovas”, que se encuentran muy lejos de nuestra galaxia.

Estudiar y conservar el patrimonio cultural mediante la ciencia y la tecnología nucleares

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Estudiar y conservar el patrimonio cultural mediante la ciencia y la tecnología nucleares
Estudiar y conservar el patrimonio cultural mediante la ciencia y la tecnología nucleares

La ciencia y la tecnología nucleares se utilizan a menudo para estudiar y conservar objetos culturales de gran valor. Estos objetos comprenden todo tipo de artículos, desde pinturas, ropa e instrumentos musicales, hasta estatuas, armas y armaduras, e incluso momias egipcias y una antigua barca de madera completa. Por este motivo, las instituciones culturales están empezando a emplear, cada vez más, técnicas nucleares y conexas para analizar y proteger objetos y obras de arte históricos de incalculable valor. Las técnicas nucleares pueden ayudar a desvelar dibujos ocultos que se hallan bajo la superficie de pinturas, así como a detectar hasta las falsificaciones más sagaces, todo ello sin provocar ningún daño al objeto de estudio. Técnicas como la irradiación ayudan también a conservar objetos culturales desinfectándolos de microorganismos como bacterias u hongos o erradicando plagas destructivas.

1. Caracterización: el estudio del patrimonio cultural mediante técnicas nucleares

La caracterización es un proceso que permite a los expertos examinar las propiedades de objetos arqueológicos y artísticos con una gran exactitud, así como averiguar su antigüedad, composición química y origen. No se trata de un único método, sino de múltiples técnicas nucleares en las que se utilizan distintos tipos de equipo y de radiación, como los rayos X, los rayos gamma, los neutrones y los haces iónicos.

La caracterización proporciona a los investigadores información sobre la fecha, el lugar y el modo de creación de un objeto. También facilita información inestimable a los restauradores sobre el modo en que conservar eficazmente objetos arqueológicos únicos. Gracias a esta labor, los especialistas pueden determinar si una obra de arte es auténtica o falsificada y averiguar si ha estado sometida al tráfico ilícito de arte. El uso de la caracterización también puede ayudar a revelar estructuras internas, como grietas, fracturas y defectos en un objeto, incluso cuando no pueden verse a simple vista.

He aquí una descripción general de algunas de las técnicas analíticas nucleares que se utilizan con más frecuencia para la caracterización.

Análisis de la composición elemental: cómo los rayos X ayudaron a desvelar los secretos de la técnica pictórica de Da Vinci

El análisis por fluorescencia de rayos X ayudó a los expertos a conocer mejor las técnicas pictóricas de Da Vinci (Fotografía: C2RMF)

Uno de los métodos que se utilizan para analizar la composición elemental de pinturas, manuscritos, monedas y cerámicas es el análisis por fluorescencia de rayos X (XRF). Al exponer una muestra a rayos X, los científicos hacen que los elementos químicos de la muestra liberen radiación. Puesto que esta radiación es única para cada elemento, es posible determinar con exactitud la composición de la obra de arte.

En 2010, científicos de Francia utilizaron el método de XFR para estudiar la Mona Lisa, una obra maestra del siglo XVI del pintor italiano Leonardo da Vinci. Los investigadores analizaron la composición y el grosor de las distintas capas de pintura y barniz y pudieron conocer mejor la técnica del “sfumato” de Da Vinci, un sombreado fino que genera transiciones suaves entre los colores y que hace que la obra de arte resulte tan verosímil.

Otros enfoques empleados para examinar la composición química y la estructura de los materiales comprenden la difracción de rayos X (XRD), el análisis por activación neutrónica (AAN) y varios métodos de haces iónicos, como la emisión de rayos X inducida por protones (PIXE), la emisión de rayos gamma inducidos por protones (PIGE) o la espectrometría de masas con aceleradores (AMS). Entre las obras de arte cuya composición elemental se analizó mediante técnicas nucleares cabe mencionar las siguientes: una estatua de oro de 500 años de antigüedad del escultor Benvenuto Cellini, El salerorobado y posteriormente recuperado en los bosques de Viena (Austria); un retrato centenario de san Jorge en Albania; y objetos de oro y piedras preciosas que proceden del Reino de Ayutthaya, que existió en la Tailandia actual entre los siglos XIV y XVIII.

Determinación de la antigüedad: cómo un isótopo puede ayudar a combatir el fraude en las obras de arte

Se analizó un cuadro impresionista para comprobar si era una obra falsificada. (Fotografía: L. Beck/Universidad de París-Saclay)

Para averiguar la antigüedad de materiales orgánicos —como objetos elaborados con madera, algodón, papel, piel, lana, seda o hueso—, los científicos pueden utilizar un enfoque denominado datación por radiocarbono. Todos los organismos vivos, como los animales o las plantas, absorben carbono. Al morir, el carbono 14, un isótopo inestable del carbono, empieza a decaer a una velocidad conocida. Mediante espectrometría de masas con aceleradores (AMS), los especialistas miden la proporción de carbono 14 presente en la obra de arte elaborada con materiales orgánicos, a fin de determinar cuánto tiempo ha transcurrido desde su creación. Así pues, esta técnica ayuda a determinar la edad de objetos del patrimonio de hasta 50 000 años de antigüedad.

Mediante la técnica de datación por radiocarbono, en 2019 expertos de Francia pudieron demostrar que dos famosas pinturas —una impresionista y otra puntillista— eran falsificaciones. Descubrieron que los lienzos se habían fabricado después de la década de 1950, mientras que las pinturas se habían creado supuestamente en torno a principios del siglo XX.

La datación por radiocarbono también se aplicó para determinar la antigüedad de la Loba Capitolina en Italia; una estatua de bronce de Apoxiómeno encontrada en las aguas del mar Adriático, en la costa de Croacia; y un antiguo sistema de acuicultura en el territorio del pueblo Gunditjmara, en Australia.

Observación del interior: cómo una imagen obtenida mediante rayos X reveló dos pinturas ocultas de Picasso

Debajo de la obra El viejo guitarrista ciego de Picasso se puede observar parte de un dibujo. Mediante rayos X, los investigadores hallaron dos dibujos anteriores ocultos bajo la pintura. (Fotografía: NIRVANA2764/Wikimedia Commons)

Para analizar la estructura interna y la integridad de objetos del patrimonio cultural, los científicos utilizan la radiografía industrial. Para ver el interior de un objeto, lo atraviesan con rayos X, rayos gamma o neutrones. Cuando la radiación entra en contacto con una película expuesta o una cámara digital diseñada específicamente para ello y colocada al otro lado, la radiación crea una imagen de lo que se encuentra oculto, incluidos los defectos o las grietas de su interior.

Además, los rayos X de pinturas suelen ayudar a identificar los dibujos que se hallan debajo. El análisis mediante rayos X de El viejo guitarrista ciego de Picasso —una de las obras más famosas de su período azul— reveló que el pintor había reutilizado un lienzo antiguo. Bajo la pintura había dos composiciones que había creado anteriormente: una anciana con la cabeza inclinada hacia delante y una joven madre con un niño de rodillas a su lado.

Otro ejemplo reciente se encuentra en el análisis de una pintura de Vincent van GoghCabeza de una campesina, realizado en el Reino Unido y con el que se descubrió un autorretrato oculto del pintor.

2. Desinfección: eliminar plagas nocivas de objetos del patrimonio cultural

La conservación a largo plazo de objetos históricos únicos e irreemplazables puede ser una tarea difícil, puesto que las condiciones inadecuadas de almacenamiento pueden hacer que, sobre la superficie o en el interior de los objetos, aparezcan bacterias, insectos u otros animales, o también moho u otros hongos, lo que provoca el deterioro o la completa destrucción de los objetos. La radiación ionizante puede ser una solución a este problema, dada su capacidad para eliminar plagas.

Para desinfectar los objetos, los expertos los irradian con la ayuda de equipo especial, como aceleradores de haces de electrones de alta energía, máquinas de rayos X o instalaciones de procesamiento de radiación gamma que contienen fuentes radiactivas de cobalto 60 o cesio 137. Normalmente, en una instalación de radiación gamma, se introduce el objeto en la sala de irradiación, donde se expone a radiación ionizante y luego se saca al exterior, se desinfecta y se descontamina.

Desinfección de objetos del patrimonio cultural en una instalación de irradiación gamma. (Gráfico: A. Vargas/OIEA)

Un famoso ejemplo de un objeto histórico al que se ha sometido a este tratamiento es la momia de 3200 años de antigüedad del faraón egipcio Ramsés II. En 1977, en una instalación de Francia, se le aplicó un proceso de desinfección mediante radiación gamma para eliminar insectos y hongos. Existen otros ejemplos de esta técnica, como libros de la biblioteca del Palacio de la Paz en los Países Bajos, bobinas de película del Archivo Nacional de Cine de Rumania, una cría de mamut encontrada en el permafrost siberiano, e iconostasios de madera de la sagrada vaivoda de la iglesia de Miguel y Gabriel en Rumania.

¿La desinfección mediante radiación puede dañar objetos del patrimonio cultural? ¿Este proceso convierte a los objetos en radiactivos y peligrosos para las personas?

Cuando una sustancia se expone a radiación, recibe energía que modifica su estructura molecular. No obstante, los distintos materiales se ven afectados de manera diferente en función de su composición química, del tipo de enlaces químicos presentes en el material, del tiempo de exposición y de la intensidad. Un tratamiento bien aplicado, si bien daña a los contaminantes vivos y las plagas, no perjudica a los objetos culturales.

Los restauradores utilizan pequeñas dosis de radiación, limitada a un máximo de 10 kilograys, de manera que los objetos del patrimonio cultural no sufren ningún daño. Tampoco se vuelven radiactivos tras el tratamiento y no pueden irradiar a las personas que hay a su alrededor. Los objetos siguen siendo los mismos de antes, con la salvedad de que ahora están desinfectados.

¿Cuáles son las ventajas de conservar el patrimonio cultural mediante la irradiación?

Normalmente, los expertos han empleado métodos químicos y físicos para desinfectar objetos culturales e históricos. Estos métodos comprenden el uso de sustancias tóxicas o tratamientos térmicos y, por ello, pueden ser dañinos para los objetos, para los restauradores o para el medio ambiente. Ambos enfoques pueden ser costosos. Además, ninguno de ellos puede garantizar la plena erradicación de las plagas si el tratamiento no llega a la zona en la que se han asentado los insectos o los gusanos.

Aplicar técnicas de irradiación, en cambio, presenta varias ventajas con respecto a los métodos tradicionales: se pueden emplear a temperatura ambiente sin mantener contacto físico con el objeto y sin la necesidad de utilizar más sustancias y, además, no dejan huellas ni provocan daños en los materiales tratados. Los riesgos se pueden reducir al mínimo llevando a cabo la descontaminación de la radiación en zonas bien protegidas con estrictas condiciones de seguridad.

3. Consolidación: restaurar materiales debilitados en objetos del patrimonio cultural

La irradiación se puede utilizar para restablecer los enlaces químicos de objetos deteriorados, con lo cual se ayuda a fortalecerlos y solidificarlos. Este método conlleva empapar el objeto o el material con una resina líquida y luego exponerlo a radiación para endurecerlo y reforzarlo.

Gracias al método de consolidación, el objeto parece prácticamente intacto, pero el material y sus propiedades físicas se han transformado de tal manera que se han vuelto más fuertes y más densos.

Por ejemplo, en 2011, se aplicó irradiación a una barca de madera romana del siglo I que se había encontrado en el río Ródano en Arles (Francia). Tras su descubrimiento, a medida que la barca se secaba, la madera empezaba a caerse a trozos. Para salvar esta antigua reliquia, los especialistas de ARC-Nucléart utilizaron la técnica de consolidación: impregnaron la madera de la barca con una resina radiocurable y la expusieron a radiación ionizante para endurecer la madera y evitar que la barca se deshiciera.

La antigua barca romana Arles-Rhône 3 en el Museo Departamental de la Antigua Arles (Francia). (Fotografía: Carole Raddato/Wikimedia Commons)

¿Qué función desempeña el OIEA?

  • Mediante cursos de capacitación, reuniones técnicas, visitas científicas y becas, el programa de cooperación técnica del OIEA proporciona a los países creación de capacidad para el uso de técnicas nucleares destinadas a estudiar y conservar el patrimonio cultural. El OIEA ayuda a expertos de todo el mundo —con el equipo y las instalaciones necesarios— a llevar a cabo investigaciones e intervenciones nucleares. También apoya a investigadores y conservadores ofreciéndoles metodologías armonizadas y procedimientos normalizados.
  • El OIEA organiza talleresconferencias y eventos especiales sobre el uso de la ciencia y la tecnología nucleares para el estudio y la conservación del patrimonio cultural, facilitando así el intercambio de conocimientos y experiencias entre expertos internacionales.
  • El OIEA promueve la publicación de material académico e investigador y de información pública sobre la conservación del patrimonio cultural. En una publicación de 2011, Nuclear Techniques for Cultural Heritage Research, se ofrece una descripción de técnicas nucleares y conexas para el análisis, la restauración y la conservación de objetos históricos y obras de arte. Por su parte, un libro de 2017, Uses of Ionizing Radiation for Tangible Cultural Heritage Conservation, proporciona información sobre la desinfección y la consolidación mediante el uso de radiación y presenta casos de objetos tratados con irradiación en varios países, tales como el Brasil, Croacia, Francia, Rumania y Túnez.
  • El OIEA nombra centros colaboradores en la esfera del patrimonio cultural. Actualmente hay cuatro de estos centros, como la Universidad París-Saclay y ARC-Nucléart en Francia, el Centro Nacional de Investigación y Tecnología de las Radiaciones en Egipto y la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear (ANSTO) en Australia.
  • El OIEA ofrece diversos cursos de capacitación y posibilidades de aprendizaje en línea sobre la aplicación de técnicas nucleares, como la datación por radiocarbono para el patrimonio cultural y la ciencia forense, técnicas de espectrometría de rayos X para la caracterización de objetos arqueológicos y artísticos, y la irradiación industrial.

Podcast explicación de la energía nuclear – ¿Cómo garantizan las ciencias nucleares que los alimentos sean seguros para el consumo?

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¿Cómo garantizan las ciencias nucleares que los alimentos sean seguros para el consumo?
¿Cómo garantizan las ciencias nucleares que los alimentos sean seguros para el consumo?

La seguridad alimentaria es un aspecto crítico de la salud pública y la seguridad alimentaria mundial. Dado que los consumidores no siempre pueden ver, saborear u oler la amenaza de los alimentos contaminados, los laboratorios de seguridad alimentaria respaldados por la ciencia nuclear sirven de línea de defensa para detectar y prevenir los peligros alimentarios. Y cuando se trata de especias, semillas, frutas y verduras que viajan desde orígenes lejanos hasta su tienda de comestibles local, una pequeña dosis de radiación ayuda a hacer posible que los productos alimenticios se mantengan seguros y frescos sin propagar enfermedades ni plagas invasoras.

Solo DMR – Transforma sistemas de mamografía analógicos en digitales

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“Colé SA, representante de Medical Scientific en Costa Rica, presenta SOLO DMR, el primer detector portátil para mamografía. Descúbrelo en nuestro video.”

Aguas subterráneas: ¿cómo se estudia su polución y sostenibilidad?

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Aguas subterráneas: ¿cómo se estudia su polución y sostenibilidad?
Aguas subterráneas: ¿cómo se estudia su polución y sostenibilidad?

Las aguas subterráneas constituyen un 30 % del agua dulce del planeta. Son un recurso importante para hacer frente a diversos fenómenos mundiales, como el aumento de la población, la agricultura a gran escala y el uso intensivo de los recursos hídricos en diferentes sectores, como la extracción de gas o petróleo, la minería, la fabricación de ropa o textiles y la ganadería.

Para proteger las aguas subterráneas de la sobreexplotación y la polución, y gestionarlas de manera sostenible, es fundamental contar con datos sobre algunas de sus características. Los científicos pueden, por ejemplo, sacar conclusiones sobre la procedencia del agua de un acuífero, su calidad y la velocidad con la que el agua extraída se recupera (ritmo de recarga). Para ello, analizan variaciones en los átomos que componen las moléculas del agua y estudian su “perfil” o “marca isotópica”.

El OIEA y la FAO crearán una base de datos innovadora sobre la calidad de las proteínas

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El OIEA y la FAO crearán una base de datos innovadora sobre la calidad de las proteínas
El OIEA y la FAO crearán una base de datos innovadora sobre la calidad de las proteínas

Expertos en nutrición del OIEA, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunieron recientemente con instituciones nacionales académicas y de investigación para formular los conceptos clave de una futura base de datos sobre la calidad de las proteínas. Esta herramienta ayudará a las autoridades de diversos países a evaluar el contenido proteínico de los alimentos que se comercializan en su territorio y calcular cuánta proteína es necesaria en la dieta de su población.

En la reunión, organizada conjuntamente por el OIEA y la FAO, se abordó la creación de la base de datos, que proporcionará detalles sobre la calidad de las proteínas de una variedad de alimentos consumidos en el mundo.

Tras agradecer a los expertos sus intervenciones sobre la futura creación de la base de datos, Lynnette Neufeld, Directora de la División de Alimentación y Nutrición de la FAO, declaró: “[la base de datos] será de gran ayuda para evaluar la calidad de la proteínas y determinar si distintas poblaciones ingieren una cantidad suficiente de ellas”.

Desde el punto de vista del contenido proteínico, la calidad de los alimentos depende de varios factores, como la cantidad y la estructura de los aminoácidos esenciales que poseen y su “biodisponibilidad”, es decir, la facilidad con la que el cuerpo humano puede digerir la fuente de proteína y la proporción de aminoácidos esenciales que puede absorber y aprovechar. Las proteínas están compuestas por 20 aminoácidos en combinaciones variables. Nueve de ellos se consideran esenciales, dado que el cuerpo humano no puede producirlos y, por ende, solo pueden obtenerse ingiriendo fuentes de proteínas en la dieta que satisfagan necesidades fisiológicas y de desarrollo. En la base de datos se recogerán datos sobre la cantidad de aminoácidos esenciales —fenilalanina, histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, treonina, triptófano y valina— por cada 100 gramos de cada alimento, su tasa de absorción y el método empleado para obtener esos datos.

La base de datos se fundamentará en métodos recomendados por la FAO, en particular, una técnica en la que se emplean dos trazadores isotópicos descubierta en 2015, durante un proyecto coordinado de investigación (PCI) en el que participaron 10 países, entre ellos Chile y México.

Para destacar los beneficios de incluir datos recopilados mediante esa técnica isotópica, la Directora de la División de Salud Humana del OIEA, May Abdel-Wahab, señaló en la reunión: “Al reunir datos sobre la calidad de las proteínas mediante métodos novedosos y precisos, se puede obtener información importante y apoyar a las autoridades que formulan programas nacionales de nutrición”.

En la técnica descubierta durante el PCI, se emplean dos trazadores isotópicos para comparar la concentración de aminoácidos en muestras de sangre y aliento obtenidas antes y después del consumo un alimento específico, con la concentración de una proteína de referencia (véase “base científica”). Tras un análisis de los datos, es posible calcular con exactitud la biodisponibilidad de cada aminoácido esencial en el alimento estudiado.

En septiembre de este año, se presentará la futura base de datos a un público más amplio durante el Simposio Internacional sobre Proteínas de la Dieta para la Salud Humana, que organizarán conjuntamente la FAO y el OIEA y se celebrará en los Países Bajos.

El OIEA también apoya otros proyectos de investigación en el ámbito de la calidad de las proteínas: un proyecto regional en Asia, con el que se reúnen datos en la región, y un proyecto coordinado de investigación en el que participan siete países, entre ellos el Perú, y en el que se estudia de qué manera influyen en la absorción de proteínas los factores ambientales que propician la inflamación crónica de los intestinos y la enteropatía ambiental.

Base científica

Con la nueva técnica que emplea dos trazadores isotópicos se mide de manera poco invasiva la digestión de las proteínas: mediante análisis de sangre o pruebas de aliento.

La primera etapa de esta técnica consiste en marcar los aminoácidos en una comida de prueba con deuterio, un isótopo estable del hidrógeno totalmente inocuo. Una forma de lograrlo es añadiendo deuterio al agua que beben los animales que generarán fuentes de proteína alimentaria (como la leche) o al agua con la que se riegan cultivos de plantas que son fuente de proteína vegetal, como las legumbres. A continuación, un grupo de voluntarios consume esa proteína animal o vegetal marcada con deuterio junto con una segunda fuente de proteína de referencia marcada con carbono 13, un isótopo estable del carbono.

En la segunda etapa se analiza la concentración de aminoácidos en las muestras de sangre y las pruebas de aliento tomadas antes y después de la ingesta de esas comidas. La digestibilidad de la proteína se obtiene comparando la concentración de aminoácidos marcados en la sangre con la cantidad de aminoácidos en la comida de prueba. Por otro lado, la concentración de carbono 13 en las pruebas del aliento brinda datos adicionales sobre la digestión de la proteína.